martes, 9 de octubre de 2012

RUTA DEL CÍSTER EN BTT: Observando las mariposas



Después de casi seis meses sin sacar la bicicleta de montaña del armario, se presentó la ocasión de volver a hacer kilómetros a 'relentí' por el GR-175, o lo que es lo mismo, LA RUTA DEL CÍSTER.

Es una ruta circular de 110 kilómetros y 2200 metros de desnivel donde se enlazan los monasterios emblemáticos de Santes Creus (Alt Camp), Poblet (Conca de Barberà) y Vallbona de les Monges (Urgell).
El día empieza muy temprano, ya que  hemos previsto unas siete horas de pedaleo, mas un par más en paradas de reagrupamiento y avituallamiento. Somos seis pedaleantes errantes (Albert, el más veterano y al que no conocía, Victor, Javi, Ricard, Jordi y yo) los que salimos hacia esta nueva ruta. Nueva para algunos, ya que para otros es la segunda o la tercera vez que la hacen.
Desde Santes Creus, los primeros 16 kilómetros empiezan con la ascensión al Coll de Prenafeta, un buen calentamiento para lo que esperaba el resto del día. Aquí, Albert ya marcaba el ritmo tratando de enseñar los galones. A mi aunque me costara, me iba a ver siempre por el retrovisor enganchado a su rueda. Como la norma era ir tirando al ritmo que cada uno pudiera y esperar a los demás en lo alto de las cimas, allí podía descansar un ratito del calentón.
Una vez superado el ascenso al Coll de Prenafeta, iniciamos el descenso hacia Montblanc, pueblo que observo con el fugazmente ya que no reparamos en detalles. Seguimos haciendo camino pasando por las ermitas de Sant Joan y la Santisima Trinidad, y cuando llevamos poco más de 30 kilómetros, el grupo decide parar a comer algo en Les Masies. Yo no soy partidario de parar tan pronto en una ruta de tantas horas, pero la mayoría así lo decidió.

Después de retomar la marcha, y pasar en seguida por el segundo punto emblemático de la ruta, el monasterio de Poblet, el camino sigue siendo una constante de subidas y bajadas rompepiernas pasando por l'Espluga de Francolí, El Tallat y Montblanquet. Cinco kilómetros más y pasamos por el segundo punto marcado en rojo de la ruta. El monasterio de Vallbona de les Monges.

A partir de aquí, hay un tramo de camino que es muy rodador, donde si se mueve desarrollo y se es algo hábil en el curveo, se puede ganar mucho tiempo. Eso sí, todo lo que se gana en ese tramo rodador, se puede perder gracias a algunas bajadas muy largas  y técnicas que hacen que en algunos momentos te tengas que bajar de la bicicleta.
Durante todo el trayecto los seis compañeros nos vamos separando y reagrupando según la orografia del terreno se va endureciendo. Albert va como un tiro en todas las subidas, y yo intento seguirlo sin mostrar mi debilidad y poniendo buena cara cuando mira para atrás. La competitividad en las salidas siempre está presente. Es cuando llegamos a la subida de diez kilómetros que separan el Coll de l'Olla de Belltall, que nos distanciamos mucho de los compañeros. Nos percatamos de ello cuando al llegar a dicha población decidimos esperar. Los minutos pasan y no conseguimos ponernos en contacto con nadie del 'grupo perseguidor' debido a la mala cobertura de la zona. Llevábamos ya más de 45 minutos esperando y entonces decidimos tirar hacia delante los dos, ya en solitario. Nos quedaban por delante 35 kilómetros y mucho desnivel por recorrer.
El camino sigue subiendo hasta Forés. Aquí empieza una bajada bastante técnica por senderos que bordean la montaña, donde la rueda de la bicicleta cabe a duras penas por ellos. Llevadas más de 5 horas, las fuerzas y los reflejos no son los mismos, y más de un susto hace que afloje en la bajada y suba bastante piñones en las subidas.

Comenzamos la última subida y también la más exigente, el Puig del Coma Verd. Con unos caminos de arena muy resbaladizos, y muchísimas piedras sueltas, hacen que un pequeño paso en falso te obligue a poner pié a tierra e ir andando hasta el siguiente descansillo. Por fin llegamos al punto más alto de la ruta. 900 metros de Altura, donde  la vista es espectacular mires hacia donde mires. Pero vaya maltrato para las piernas.
Empezamos la larga bajada hasta el Pont d'Armentera, y desde allí ya nos dirigimos al punto de origen. No sin antes encontrarnos con los últimos repechos para acabar de completar el desnivel que sabíamos que quedaba. Por fin, en Santes Creus podemos observar el tercer monasterio de la ruta, ya que a primera hora de la mañana estábamos demasiado ansiosos de pedalear.
Albert y yo decidimos tomar una coca-cola para reponer azucares. Mientras comentamos la jugada, una llamada del otro grupete, nos confirma que se habían parado a comer donde los habíamos estado esperando durante largo rato. Aún les quedaba un buen trecho para llegar.

En resumen, una ruta muy dura y recomendable con 110 km y 2200 metros de desnivel, donde al final nos salieron 6h 50' de pedaleo mas otro ratito 'observando las mariposas'.

2 comentarios:

  1. Ya era hora de que actualizaras. A ver si te pones. Te he puesto en mi lista de blogs para hacerte publi hehehe

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  2. Desde que me lo dijiste,... me he puesto a 'Currar'!! AUPA!

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